Aburrida ya de la espera y con la vista cansada por la incesante lectura, Marisa alzó la vista de su libro y tras marcar la página doblando su esquina lo guardó en su bolso. Llevaba dos horas esperando a ser atendida y volvió a maldecir a la seguridad social interiormente, soltando un bufido. La sala... Leer más →




