Sabía que le llamaban "La Pintacaras" de manera despectiva y no les reprochaba nada. Se había ganado el mote a pulso. Ella era aquella niña que prefería pasarse horas en el parque, pero no jugando ni intentando ligar como hacían el resto de chavales, sino sentada con su cuaderno apoyado en las piernas. Nunca se... Leer más →




