Amor y desamor

En el mundo de las creaciones artísticas ya sea música, pintura, escritura o cine todo gira en torno a estos dos fuertes sentimientos. No hay nada más intenso que estas emociones que todo lo mueven, que nos hacen cometer locuras y que pueden llegar a desquiciarnos. Se puede sentir amor de diferentes formas, pero hoy voy a hablar en exclusiva del amor hacia las parejas, ese que puede ser efímero y aún así creemos que es el más importante de nuestras vidas.

Mi mente divagadora se ha empeñado en atosigarme con un dilema: ¿Qué resulta más inspirador para la creación, el amor o el desamor?, ¿cuál de los dos sentimientos es más fructífero? Ya, ya lo sé, es una chorrada de dilema, pero qué le voy a hacer si después de una Heineken (con permiso de Cmacarro) las neuronas no dan para pensamientos más profundos.

El amor da para mucho. Hay amores ñoños, amores pasionales, amores tiernos, amores que no te dejan dormir, amores prohibidos… Sí, normalmente el amor suele dar como fruto pinturas coloridas, canciones lentas, relatos dulces… Tan dulces que a veces empalagan (para muestra podéis escuchar alguna canción de Alex Ubago).

Vayamos con el desamor. Uff… aquí la cosa se pone seria. Melancolía, rabia, despecho, cólera, resentimiento… Y así podría enumerar un sinfín de emociones potentes de esas que no por menos nobles son menos provechosas para escritores o cantantes. Aunque claro, también es cierto que estas emociones suelen molar más cuando sabes o intuyes que es un proceso por el que debe pasar el protagonista para finalmente acabar preso de un nuevo amor, vamos, el final feliz de toda la vida. Así que no sé, esto es como la pescadilla que se muerde la cola: no tiene sentido uno sin el otro.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Cuadros oscuros de trazos enérgicos o lindas amapolas enmarcadas por un arcoíris? ¿»Me muero por conocerte» de Alex Ubago o «Pa’ ti no estoy» de Rosana? Ahí lo dejo, voy a por otra cervecita…